Hace algunos años hubiese sido extraño pensar acerca de un profesional que se encargue de gestionar y administrar redes sociales como los actuales community managers en atletas de deportes electrónicos (eSports) o incluso en el equipo de psicólogos que los ayudan a entrenar los procesos psicológicos que intervienen en su rendimiento para que puedan usar todas sus capacidades al 100%.

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Si bien el cambio en el mundo laboral con la digitalización y la robótica ya está en marcha, aún no podemos imaginar cómo va a ser el futuro del mercado laboral en los próximos años. Algunos ya vaticinan que dentro de 10 años el 80% de los cargos laborales serán nuevos.

Lo que significa que se crearán más de 150 profesiones nuevas, entre ellas reguladores del espacio aéreo por la creciente demanda de drones, minimizadores ambientales, licenciados en energías renovables y hasta diseñadores de sueños. Existirán profesionales encargados de la luminosidad y ruidos en las ciudades, diseñadores textiles que usen la tecnología para la creación de ropa y chefs de alimentos impresos en 3D.

Ya existe, por ejemplo en el país una licenciatura en nanotecnología cuyo objetivo es crear profesionales innovadores que manipulen de manera precisa los átomos y moléculas para fabricar productos a microescala.

Con estos  nuevos empleos surge la necesidad de nuevos individuos, que tengan otras capacidades. La creatividad ya no está más reservada a las carreras de arte, ahora todos tenemos que aplicarla, tanto el contador como el ingeniero se enfrentan día a día a nuevos problemas que desafían su formación empujandolos a aplicar conocimientos de diferentes especialidades. Ya no necesitamos emprender de memoria las cosas pero sí ser capaces de relacionar conceptos opuestos para crear cosas innovadoras.

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La realidad se está transformando y cada vez vamos a tener que abrir más la cabeza ya que los puestos de trabajo van a ser transversales y no especializaciones puntuales. Tenemos que adaptarnos y aunar empleos que antes era impensado que coexistan para poder abordar estos campos complejos: drones que controlan cosechas, máquinas 3D que producen órganos humanos, ingenieros en reciclaje, robots que operan y hasta abogados especialistas en ciberseguridad.